[…]
mi deseo es que su esfuerzo
sea de inspiración y
motivación para otros.”
“Amén” es una palabra
significativa al concluir una
oración, pero mucho más
significativo es que “amen”
a sus prójimos al concluir
dicha oración. -
Frase célebre del visionario
enérgico y luchador incansable:
Ovidio
Julian Perez Vallejos
La travesía de un esforzado
peregrino es difícil
de condensar en pocos minutos,
pero es digno de rememorar las
buenas batallas peleadas de
una misión encomendada.
Antes
de hablar de sus hazañas
como fundador, director y operador
de comunidades terapéuticas
en drogodependencias, es necesario
mencionar que por defecto como
ser humano tenía errores
y sombras, algunos lo llamaban
el “Nicky Cruz paraguayo”, salió
de su hogar a muy temprana edad,
viajo a Argentina en donde posteriormente
perdió contacto, tenía
serios problemas de identidad,
y orientación sexual,
odiaba profundamente a su familia
y a Dios, a quien lo consideraba
un mal padre que solo condenaba
y juzgaba los errores.
A los 17 años empezó
a consumir diferentes tipos
de drogas, ligado a esto llegaron
las riñas callejeras;
robos, delincuencia y más
adicción, tanto fue el
quiebre y la obnubilación
que el espiral descendente llegaba
a su punto más turbio;
viviendo en túneles debajo
de las calles, con 3 intentos
de suicidio y finalmente 1 homicidio
(su pareja homosexual), que
fue el detonante para que él
regresara a Paraguay, joven
con una vida totalmente disoluta
y destrozada. Pero esto
no fue impedimento para el conozca
un mensaje que lo iba a trastornar,
el mensaje de la gracia (regalo
inmerecido), de Salvación,
de Jesucristo, ese mensaje que
permeo completamente en su vida
empezaba a dar forma a su identidad
que antes fue quebrada, una
experiencia revolucionaria que
él no podía contener,
con una necesidad intensa de
querer compartir con otros esta
buena noticia; un hombre nacido
de nuevo, con un propósito,
con una misión. Pero
esa misión tendría
que comenzar remendando primeramente
sus “fantasmas” y aquel cabo
suelto con la justicia Argentina,
la cual fue resuelta.
El
resto es historia, se casó
formando una familia, y con
la ayuda de misioneros noruegos,
de la Iglesia en donde se había
convertido al cristianismo,
y el respaldo del gobierno noruego,
iniciaría la obra de
sus sueños junto con
Kjell
Kvarstein,
un Centro de Rehabilitación
para adictos a las drogas y
el alcohol, bajo el nombre de
“Tekove Pyahu”, que en español
significa “Vida Nueva”.
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En
noviembre de 1993 abriendo sus
puertas en la ciudad de Atyrá,
en donde transitarían
más de 5000 mil internos,
y se rehabilitarían centenares,
entre ellos; adolescentes, jóvenes
y adultos (que acudían
tanto de manera voluntaria o
con problemas judiciales). La
comunidad terapéutica
se volvería una institución
de referencia a nivel nacional
e internacional durante 22 años,
y el director sería elegido
como Presidente de la Federación
Paraguaya de Comunidades Terapéuticas.
A mediados del año 2003
Ovidio y su esposa Antonia
Ojeda Franco
iniciarían un nuevo desafío
en la ciudad de Caacupé,
el Centro de rehabilitación
"MUJER TU IMPORTAS"
en donde centenares de adolescentes,
jóvenes y mujeres adictas
y no adictas a las drogas recibieron
asistencia psicológica,
y ayuda para la reinserción
a la sociedad. No conforme
con esto, el inquieto teólogo
y pastor Ovidio Pérez
iniciaría quizás
una de las obras más
difíciles en el año
2004 con una de las poblaciones
más vulnerables; los
“Niños en situación
de calle”, un hermoso proyecto
que con el apoyo de la secretaría
de la niñez y adolescencia
y el despacho de la primera
dama se encaminaba con grandes
expectativas, pero que lamentablemente
a partir del cambio de gobierno
tendría que cerrar sus
puertas luego de 4 años
de intensa labor, por falta
de apoyo. Todas estas comunidades
terapéuticas fueron creadas
sin fines de lucro, y se mantuvieron
prácticamente gracias
a los aportes voluntarios y
donaciones. El amor que
tenía este hombre hacia
los más vulnerables es
indescriptible, fue un canal
de bendición y un instrumento
para salvar a muchas personas
de las calles, cárceles,
adicciones, depresión
y muerte, un hombre con una
fe inamovible que daba y se
daba a sí mismo por los
demás. Un gran esposo,
un excelente amigo, y un buen
padre, soy testigo cercano porque
tengo la dicha de ser su hijo.
El 29/10/19 a sus 56 años
este soñador inquieto
partió a la eternidad,
dejando un legado que hacen
eco en incontables vidas.
Sí, tenía muchos
sueños más, pero
cumplió con su misión
y mi deseo es que su esfuerzo
sea de inspiración y
motivación para otros.
“He peleado la buena batalla,
he acabado la carrera, he guardado
la fe. Por lo demás,
me está guardada la corona
de justicia, la cual me dará
el Señor, juez justo,
en aquel día; y no sólo
a mí, sino también
a todos los que aman su venida.”
2 Timoteo 4: 7- 8 |