Varios
de los líderes de la
independencia americana han
simpatizado con las ideas propiciadas
por el protestantismo. Esta
simpatía permitió
que los proceres americanos
realizaran esfuerzos conscientes
por vincular a los estados nacientes
con la marcha política
del progreso.
En
este contexto, el difusor de
la Biblia y bautista escocés
James Thomson llegó a
la Argentina en 1818. Apoyado
por Bernardino Rivadavia, distribuye
Biblias y funda escuelas públicas
con el famoso modelo creado
por el cuáquero Joseph
Lancaster. Similar experiencia
Thomson realiza en Chile (1821)
con el reconocimiento del presidente
0'Higgins; en el Perú
(1822) con apoyo del general
San Martín. En Ecuador
(1824), en Colombia (1825) y
en México en (1827).
Aunque
se menciona que Thomson recorrió
toda América, no existen
documentos que respalden su
presencia en Paraguay. La particular
situación política
bajo el dictador Francia y las
dificultades de movilidad hacia
el interior de América,
seguro impidieron su ingreso
al Paraguay.
La
dictadura de Francia y la libertad
de culto
El
desencanto del dictador Francia
con la iglesia Católica
tiene aristas muy llamativas.
Sus estudios de Teología
en Córdoba, al parecer,
como lo expresara un investigador
de la Iglesia paraguaya: "no
calaron en él como debían.
Sin vocación eclesiástica
verdadera ... abordó
la teología sin tocar
su núcleo profundo, y
sin que esta incida espiritualmente
en su vida". Los desmanes
y abusos sobre la Iglesia Católica
del dictador Francia están
publicados, pero con ello no
se debe pensar que el Dictador
estuviera a favor de que el
pueblo dejara el catolicismo.
La
llamativo es que a los dos protestantes
a quienes Francia permitió
entrar y salir del Paraguay,
Rengger y Robertson, a estos
también les permitió
practicar su religión.
Por las crónicas de estos
viajeros se conoce del pensamiento
anticlerical del Dictador, que
en su expresión máxima
llego a afirmar que si el
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Santo
Padre llegara al Paraguay, el
honor que le daría sería
nombrarlo su capellán.
Insistía en la necesidad
de ahogar el clericalismo en
América.
A
estos dos protestantes el dictador
Francia les dijo: "Podéis
hacer la que queráis,
profesad la religión
que más os acomode, nadie
os molestará; pero no
os mezcléis en los asuntos
que conciemen a mi gobierno".
Este hecho casi aislado se constituyó
en el precedente que nos permite
hoy decir que la libertad religiosa
fue la única libertad
admitida por el dictador Francia.
Carlos
A. López y su oposición
a la libertad religiosa
El
largo gobierno de Carlos Antonio
López realizó
múltiples acciones para
que las naciones reconozcan
al Paraguay como Nación
libre y soberana. Su esfuerzo
marcó el desarrollo político
de su gobierno. Se ocupó
inmediatamente de establecer
relaciones con Roma y en devolverle
al culto y clero católico
su posición y prestigio,
usurpados durante el gobierno
de Francia. En este mismo orden,
no permitió el libre
ejercicio de otro culto que
no fuera el católico.
La
llegada de un representante
del gobierno inglés a
Asunción, sirvió
para dejar el precedente histórico.
Este solicitó al Gobierno
paraguayo el reconocimiento
de derechos civiles y el libre
ejercicio del culto anglicano
para los inmigrantes que vendrían
en al país. La solicitud
motivó la convocatoria
y resolución del Congreso
Nacional, que en el año
1842 sanciona una ley que en
su artículo 25 expresa
la prohibición de la
presencia de sectas religiosas
o libertad de cultos en el territorio
nacional. Este hecho impidió
la temprana presencia de inmigrantes
protestantes en el país.
Recién con posterioridad
a la guerra de 1865 a 1870,
la política de gobierno
permitiría la tolerancia,
y con ello las primeras misiones
protestantes al Paraguay.
Autor:
Dr. Flavio Florentín
Usado con permiso. Del Periódico
Panorama Cristiano.
Año 7. Núm. 81.
Setiembre de 2004. Pág.
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