El
periodista paraguayo Cándido
Figueredo, premiado por el Comité
para la Protección de
Periodistas (CPJ), denunció
que los crímenes del
narcotráfico "continúan
impunes" en el norte.
Figueredo,
nacido en 1956 en la ciudad
de Pedro Juan Caballero, limítrofe
con Brasil y capital del departamento
de Amambay, trabaja desde hace
21 años como corresponsal
para el diario nacional ABC
Color en la zona.
Según
dijo en una entrevista con Efe
a propósito del premio
que le concedió la organización
con sede en Nueva York, en Amambay,
donde hay entre 8 y 15 homicidios
al mes, se combina el contrabando,
el tráfico de la cocaína
boliviana y colombiana, la corrupción
policial e institucional y el
cultivo clandestino de marihuana,
una droga de la que Paraguay es
el mayor productor en Sudamérica.
De hecho, Figueredo asegura
que el departamento entero depende
del cultivo y tráfico
de marihuana, hasta el punto
de que las grandes incautaciones
y la represión de las
fuerzas antidroga contra los
cultivos impactan en la economía
de ciudades como Capitán
Bado.
El periodista comenzó
a investigar la estructura del
narcotráfico en este
departamento cuando cayó
la dictadura de Alfredo Stroessner
(1954-1989) y solo tres meses
después recibió
la primera represalia.
"Ametrallaron mi casa,
notaba los impactos de bala
contra las paredes, una ráfaga
que no acababa nunca. Entonces
decidí pedir escolta
policial, que me ha acompañado
durante los últimos 20
años", relató
en la entrevista realizada en
la sede del diario en Asunción.
En aquel momento, después
de la caída de un régimen
en el que |
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"los
narcotraficantes eran socios
de los políticos y militares
dictatoriales", Figueredo
y otros periodistas comenzaban
a denunciar la corrupción
generalizada en el norte del
país.
"Los
narcos respondieron matando
a quienes les molestaban, porque
hasta entonces nadie había
reaccionado ante la muerte de
un periodista", contó
el corresponsal de ABC Color.
Asegura
que la diferencia es que hoy
los asesinatos de periodistas
en Paraguay cuentan
con una condena internacional,
pero carecen todavía
de una "investigación
seria" lo que "garantiza
la impunidad a los narcotraficantes".
Según el Sindicato de
Periodistas de Paraguay,
desde la caída de la
dictadura en 1989, 17 periodistas
han muerto asesinados en el
país sin que se hayan
esclarecido totalmente las circunstancias
de su muerte ni castigado a
los culpables.
Uno de los últimos asesinatos,
del que mañana, miércoles,
se cumplirán once meses,
fue el de otro corresponsal
de ABC Color, Pablo Medina,
conocido por sus investigaciones
sobre los presuntos vínculos
entre el narcotráfico
y la política en el departamento
de Canindeyú (este).
El
periodista Cándido Figueredo.
Foto: EFE
En
este contexto, en el que el
Estado está a menudo
ausente tanto para combatir
al narcotráfico como
para luchar contra la impunidad,
Figueredo cree que el periodismo
es "el único medio
para cambiar las cosas"
y asume su tarea como un "desafío
personal".
"Siempre me preguntan si
merece la pena vivir bajo presión
y amenaza, y les digo que por
supuesto que no. Pero a mí
me sirve para tener la conciencia
tranquila de que yo hice mi
parte para cambiar las cosas",
aseguró.
La CPJ informó hoy en
un comunicado de que además
de Figueredo Ruiz han sido galardonados
por su defensa de la libertad
de expresión el malasio
Zulkiflee Anwar Ulhaque y dos
colectivos de periodistas de
Etiopía y de Siria.
Los galardones serán
entregados en una cena que se
realizará en Nueva York
el próximo 24 de noviembre.
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