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¿CHUPASANGRES O BENEFACTORES? (I)

Cerca de 30 ONGs reciben dinero, pero no mejoran vida de los nativos

 

Indígenas con bajo índice de educación, sin asistencia médica ideal y sin la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida, es la realidad actual de los nativos en Paraguay. En contrapartida, cerca de treinta ONGs reciben miles de dólares a sus nombres. En algunos casos estos montos se utilizan para alargar procesos y pagar sueldos en una suerte de requisito para seguir recibiendo los aportes.

 

Es normal ver hoy el deambular de indígenas por las calles y plazas. A las ONGs casi no les interesa la incorporación de los nativos a la actividad productiva.

"Estamos cansados de los chupasangres, de las ONGs que manipulan a los indígenas y que no permiten siquiera reunirnos a iniciativa propia", denunció la semana pasada el líder ava guaraní Sindulfo Vera, molesto con una ONG que aparentemente boicoteó un encuentro que organizaron en Pedro Juan Caballero.

El censo realizado en el 2002 señala que en nuestro país viven 87.099 indígenas. Al mismo tiempo, delata el estado de miseria en que están sumidos. Por ejemplo, en materia de educación, el indicador refleja con claridad un alto índice de analfabetismo. A nivel nacional, esta afecta a 7,1 por ciento de la población de 15 años y más, en tanto que el 51 por ciento de los indígenas presenta esta problemática.

En salud también se registra un alto índice de desnutrición. Tampoco se tiene una política que busque la incorporación de los nativos a la actividad productiva. La mayoría de los aborígenes siempre dependieron del asistencialismo. Hoy, con la desaparición de los montes, una buena cantidad de naturales se ven obligados a desplazarse para incorporar en sus formas de ser una nueva modalidad de sobrevivencia: la mendicancia.

La Ley 904/81, que crea el Instituto Paraguayo del Indígena, se fundó para preservar la cultura y principalmente para el aseguramiento de la tierra. Pero no tiene una enunciación clara en cuanto a la incorporación de los nativos a la actividad productiva.

Las limitaciones del Estado para cumplir con la razón de existir del Indi hizo que aparecieran una infinidad de ONGs. Estos organismos de presión posibilitaron que muchos nativos obtuvieran la tierra propia, pero la mayoría están inexplotables. Hoy se presentan como un atractivo botín para los campesinos, incluso, varios terrenos están invadidos.

Muchas de estas ONGs continúan al lado de los nativos. En algunos casos hasta utilizan una suerte de proteccionismo que amarra a las etnias. "Si las ONGs no realizan los encuentros, boicotean las reuniones", decía también el indígena Vera.

El daño que ocasionan a los indígena tampoco se puede omitir. Un ejemplo claro está en la Asociación de Parcialidades Indígenas (API). Esta entidad tiene hoy tres directivas a consecuencia de los manipuladores que ni siquiera permiten a los nativos organizarse.

Aníbal Modesto Velázquez   

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